Lo que queda del departamento del Atlántico



Hace ya casi cuatro años que los atlanticenses apelaron a la democracia, al voto por convicción, en contra de la maquinaria política, la cual  buscaba colocar a la cabeza del departamento a un caudillo político, hoy fenecido. No hay que dar nombres: todos saben a quién me refiero. 

Hoy, después de las sumas y las restas, el panorama del Atlántico no parece mejor al de una posible administración de aquel caudillo.  El balance, después de una administración cuestionada, no es muy alentador. 

Las razones 

Veamos alguna asignaturas pendientes  de un gobierno departamental, al mando de un señor que bien puede pasar como un viejo actor en retirada, como un modelo entrado en años, al mejor estilo Steve McQueen, con su gafas Ray Ban y sus poses; o también como un Bonvi vant de fotos y fotos acá y acullá. (Me atrevo a decir sin conocer antecedentes y asumo la responsabilidad;: este gobernador ha sido uno de los políticos de toda la historia colombiana con más fotos y chapa en los medios de comunicación.)


Las asignaturas pendientes por citar tres con las que se “perdió el año”, que en este caso es un cuatrienio, son:
1. En una entrevista radial que seguí. Le oí decir a un oyente: “la administración de esta gobernación recibió 22 municipios y para la fecha deja en pie solo 17” (*), después de la ola invernal de 2010. Si se tiene en cuenta la misión de una gobernación en potenciar sus corregimientos para volverlos municipios. Entonces, este, es un claro ejemplo que allí se perdió. 

* Aunque administrativamente existen los municipios; el estado de crisis está aún presente, dejando a estos sin soluciones aparentes para su independencia. 

2. La educación pública superior con la Universidad del Atlántico está al día de hoy grave,  por su privatización. La educación siempre debe ser prioridad, porque es un derecho y los derechos son lo primero que se defienden. De esto quedan hoy muchas dudas. 

3. La tercera materia que se perdió, fue el deporte; donde se podría decir: se hizo muy poco. La importancia del deporte no es un lujo. Una sociedad que produce deportistas, produce mejores personas: comprometidas, respetuosas, disciplinas y además ejemplos a seguir para sus habitantes. 

Entonces,   ¿qué pasó con este derrotero que debe ser el deporte en el Atlántico? Es una pregunta que no respondo yo, sino los periodistas deportivos y los deportistas. “Muy poco” por no decir nada. Parece ser que los ingresos que siempre se alegan de ser poco, se desviaron para la burocracia y el bienestar de una dirigencia. 

Termino con un dato que me dijo un entrenador de boxeo. “El presupuesto del Atlántico para todo su deporte es el que tiene Antioquia para una sola disciplina”.

¿Donde está entonces la gestión de la entidad gubernamental del deporte atlanticense? Me pregunto. ¿Acaso no es buscando con Coldeportes Nacional los fondos y dándole las herramientas a los nuevos talentos del  Atlántico, que quedan siendo la pena y el hazmerreir en todos los juegos y pruebas? 

Seguramente habrá muchas cosas buenas y no lo dudo. Pero estas citadas no pueden pasar por una administración así de songo sorongo,  porque son realmente de alta prioridad. Ahora tocará esperar las calendas de Enero, con la fe puesta en una nueva dirigencia donde ademas de las prioridades de: salud, seguridad, educación básica, recreación, también subsane estas deficiencias que quedan.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Es triste saber que una elección que uno hizo para evitar un mal, hoy no se sepa si fue peor. Menos mal que ya está por irse.