Después de 25 años una ópera en Barranquilla





Era una novedad para muchos, se percibía la expectativa de unos y de otros que agolparon en las puertas del coliseo de la Universidad del Norte, donde se llevó a cabo la ópera “Orfeo y Eurídice". La anterior había sido en 1986 cuando “Carmen” fue traída desde Bogotá, pero no logró ser negocio. Desde entonces esta expresión inigualable del arte estaba negada a La arenosa. Es sabido que lo que no vende ni siquiera se ofrece. 

La opera se desarrollo para conmemorar los 15 años de Catedra Europa (2012), evento auspiciado por la Universidad del Norte.

Las expectativas fueron colmadas, y eran difíciles no colmarlas en una muestra artística que no tiene antecedentes recientes en la ciudad. Tampoco es que haya en Barranquilla muchas personas con conocimientos para hablar con fundamento sobre ópera.
Un dato para resaltar fue la oportunidad que se le dio a intérpretes jóvenes, muchos de ellos estudiantes, de hacer parte del coro en esta pieza de la autoría del alemán Christoph Willibald von Gluck, el mismo de “Iphigenie en Tauride”, unas de las más famosas obras de la ópera. 

El simple hecho de haber vuelto a pensar en una ópera en Barranquilla es admirable, y su buena consecución lo hizo aún mejor. Su dirección estuvo a cargo del capacitado Juan Felipe Solano, quien expresó que: “definitivamente todas las grandes ciudades deberían contar con una programación de ópera que permita a la gente acceder a este género tan importante en la historia del arte”. 

Este ha sido el primer paso después de 25 años de olvido y ostracismo. Ojalá este tipo de iniciativas sigan teniendo cabida en Barranquilla, una ciudad que fue puerta de oro de Colombia, cosmopolita y culta, y que hoy no es ni sombra de aquello. 


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