Vi algunas películas de la sección oficial del 52 Festival Internacional de Cine de Cartagena: Porfirio, Heleno, Las malas intenciones y también El lenguaje de los machetes, del director mexicano de origen keniano, Kizza Terrazas (Nairobi,1977). Esta película llamó la atención del jurado del Festival, que decidió premiarla con su Premio Especial del Jurado.
Kizza Terrazas en el centro histórico de Cartagena de Indias durante el 52 Festival de Cine.
Fui a su proyección en el histórico teatro Heredia. Un título atrayente es clave en la opera prima de cualquier director, y esta película lo logró. Me llamó la atención como a muchos de los asistentes ese primer plano con que comenzó: una pareja en cierto estado de provocación visual, pero esta fuerza dramática rápidamente se perdió, dejando esta historia con muchos vacíos. Un crítico de cine que asistió a la función me dijo: "Esta película solo la entendió el director".
No sabría decir hasta qué punto fue así, pero al tener la oportunidad de encontrarme a Kizza Terrazas en un restaurante en el centro histórico de la ciudad, le hice varias preguntas con la intención que me respondiera que la película no me respondió. La primera fue, el porqué de tantos primeros planos. Su respuesta fue la búsqueda de ese estado encerrado y absorto en que se encuentran los personajes.
En El lenguaje de los machetes Ramona (Jessy Bulbo, ex integrante de las Ultrasónicas) y Ray (Andrés Almeida, Y tu mamá también) son una pareja trágica, idealista, obsesiva, inadaptada y auto destructiva. Cada uno, desde su oscuridad,muestra su rebeldía por la descomposición social que los rodea. Creen que pueden cambiar el mundo a su manera; él con más limitantes que con aspiraciones, ella con brío y encanto. Este contraste, se antoja consecuencia de sus insalvables diferencias ideológicas y su diametralmente opuesta extracción social. Ella, a pesar de haber perdido todo lo que más vale, aún guarda la prístina esperanza de un futuro. Él, quien tiene todos los recursos se vale de un intolerable propio sabotaje existencial, para no ver más que la desesperada intención de inmolarse al estilo de los terroristas islámicos, frente a uno de los iconos más importantes de la cultura mexicana: La Basílica de Guadalupe.
Sin ánimo de hacer un resumen de la película, me pareció un novelón existencial; el de una pareja que no tiene nada claro en su vida: ella quiere un hijo, él no, pero después él sí y después no. Entonces ella decide protestar y denunciar una serie de inconformidades en las calles. Él también protesta pero a veces parece no estar comprometido con la causa. Incluso es difícil entender las razones por la cual este hombre se quiere volar como un kamikaze ( hombre bomba).
Me interesó saber el porqué del título de la película y su relación con ella.Según él mismo director, así llamó un senador mexicano al movimiento de protesta que los protagonistas siguen.
Finalmente sobre la esencia de la película, Terrazas considera que es:"una historia de amor... trágica", pues: "a pesar del deseo y la entrega de los seres humanos para transformar las sociedades, los resultados son francamente pobres". Por mi parte seguiré viendo si encuentro una verdadera joya en este FICCI.
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