La famosa historia de un personaje del oeste que hace justicia con un antifaz, acompañado de un nativo americano, tenía muchas expectativas en ser llevada magistralmente al cine. Quedó debiendo mucho y quizá sea más entretenido leer la historieta en un periódico.
No siempre tener a Johnny Deep en una película es sinónimo de éxito de taquilla. En este caso tampoco lo compensó el juicio de la crítica; es decir, la película fue un total fracaso. La verdad sea dicha, a esta adaptación cinematográfica de uno de los iconos de la cultura norteamericana como es El llanero solitario, le faltó mucho.
La idea de Disney, estudio que se embarcó en el millonario proyecto, era replicar el éxito de Piratas del Caribe. Por eso reunieron el equipo completo: productor Jerry Bruckheimer, director Gore Verbinski y actor insigne, Johnny Deep. El objetivo era claro: multiplicar la mina de oro.
De ellos, los dos primeros no alcanzaron ni de cera el clímax de las aventuras de bucaneros desconchinflados del Caribe.
Por su parte, Johnny Deep, quien hizo una digna inmersión en la cultura comanche para ser Toro, el fiel compañero de El llanero, no logró salvar el filme; su principal error fue haber jugado con esa triada de humor, acción y drama que al final no termina en nada.
Por su parte, Johnny Deep, quien hizo una digna inmersión en la cultura comanche para ser Toro, el fiel compañero de El llanero, no logró salvar el filme; su principal error fue haber jugado con esa triada de humor, acción y drama que al final no termina en nada.
Por ratos parecía una película para niños, donde el reparto hace bromas y estupideces, y luego, como si fuera otra película, suceden escenas violentas (escena de la muerte del hermano de El llanero solitario y algunas otras) y crueles que ponen a pensar si la cinta está bien clasificada para PG-13.
La dirección también gastó todos los recursos en los efectismos que muchas veces sobran y empalagan por ampulosos. Sin duda, uno esperaba ver acción y una que otra destellada de saltos y piruetas -pues este es el sello de una producción de Jerry Bruckheimer-, pero no tanto como pasa en la película, que le dio prioridad a esto y dejó muchas veces, su línea argumental por otro lado.
La actuación de Armie Hammer como El llanero solitario no fue necesariamente el talón de Aquiles
-fue sobria-. Tal vez un actor más famoso hubiese atraído mas espectadores. Pero allí la cuestión…¿es qué acaso no es Johnny Deep la estrella de la película? ¿Habría compartido el protagonismo con otro? De las otras actuaciones se puede decir que fueron normales con la figuración de William Fitchner como Butch Cavendish, el cruel villano que horroriza por momentos.
-fue sobria-. Tal vez un actor más famoso hubiese atraído mas espectadores. Pero allí la cuestión…¿es qué acaso no es Johnny Deep la estrella de la película? ¿Habría compartido el protagonismo con otro? De las otras actuaciones se puede decir que fueron normales con la figuración de William Fitchner como Butch Cavendish, el cruel villano que horroriza por momentos.
Más allá de lo que puedan decir unos y otros, a defensa o en contra de esta fallido intento, todos -o casi todos- concordarán en decir que la película está pasada de metraje, donde al menos 30 minutos son totalmente innecesarios.No siempre más es mejor.
No siempre más es mejor, y esto se aplica en la película a sus efectos especiales, a su estridente banda sonora, a las repeticiones del guión, y por supuesto al presupuesto superior a 225 millones de dólares que no logró ser rentable en su recaudo mundial.
Por último, si algunos argumentan que cumplió su objetivo de entretener, de eso no hay duda, de igual forma que puede entretener un circo, un espectáculo rocambolesco,o hablando de cine, una película de bajo presupuesto y de tiroteos…pero creo que cualquiera esperaba más de este equipo de trabajo (que contó con esa alta inversión). Estos tendrán que volver a intentarlo con el proyecto de siempre: estaremos esperando el próximo metraje de Piratas del Caribe.
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