Ana María “Kuki” Miller y Daniel Divinsky conversan con el periodista Daniel Samper Pizano, durante su charla en el marco del VIII Carnaval de las Artes.
Muchos barranquilleros se jactan sin saber a ciencia cierta, de progresos que llegaron al país por su ciudad. De allí que muchos le llamen “La puerta de Oro de Colombia”, la de hitos como la aviación, la radio, el cine y otros que son motivos de discusión sobre su veracidad, de si fue esta ciudad su puerta de ingreso al país. Pero lo que sí es cierto y confirmado por el mismo editor de la gran mayoría de libros de Quino (creador del personaje de Mafalda), es que aquella ficticia niña, gordita y culta que ha puesto a pensar a toda una sociedad latinoamericana y hasta mundial con su inteligencia y su humor muy característico y sarcástico, llegó a Colombia por Barranquilla.
La revelación la hizo Daniel Divinsky, el gran editor argentino y director de Ediciones de La Flor, quien junto a su esposa y su socia, Ana María “Kuki” Miller estuvieron en el VIII Carnaval de las Artes, en Barranquilla, en una charla en la Cueva, el bar y restaurante que fue punto de encuentro del escritor Gabriel García Márquez, el pintor Alejandro Obregón y muchos otros intelectuales que serían luego grandes referentes de la cultura colombiana, latinoamericana y mundial.
“En esa época los impuestos para ingresar libros de humor gráfico eran muy costosos por Bogotá, entonces en acuerdo con Felipe Ossa, gerente de la Liberia Nacional nos enteramos que era más rentable pasarlos por las aduanas de Barranquilla y por eso Mafalda llega a Colombia por esta ciudad” reveló Divinsky.
Según el recorrido editor, los altos costos en Bogotá para este tipo de libros gráficos hacían que no fuera rentable traer a “Mafalda” a Colombia, pero Barranquilla terminó siendo la puerta de acceso.
De este gran editor y su esposa que han llevado las banderas de Ediciones de la Flor desde 1966 quedan grandes libros y grandes escritores que ellos publicaron como Rodolfo Walsh y su clásico del periodismo narrativo “Operación Masacre”, o los más de 50 libros publicados al gran humorista gráfico Roberto Fontanarrosa, por solo citar dos casos.
Para concluir, sobre su sostenida decisión a lo largo de los años de publicar en Ediciones de La Flor humoristas gráficos como los ya nombrados Quino, y Fontanarrosa, pero también a Alberto Montt, Caloi, Liniers, Sendra y Maitena, entre otros, Divinsky no duda en decir que este tipo de publicaciones ayudan a sobrellevar un país tan surrealista y delirante como Argentina.
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