El 20 de febrero de 2005, en su rancho fortificado de Aspen, se suicidó de un tiro en la boca Hunter S. Thompson. Hoy, a más de 12 años de su muerte, en este texto propongo una serie de preguntas que habría querido hacerle al creador de un estilo periodístico muy peculiar.
Diferentes periodistas estadounidenses son referentes obligados de este oficio a nivel mundial, a tal punto que hoy siguen siendo lecturas obligadas en los cursos de redacción de cualquier escuela. El quehacer periodístico de muchos de ellos traspasó las fronteras de los géneros narrativos, llegando incluso a ser reconocidos en el ámbito literario. ¿Acaso el periodismo no nutre a la literatura y viceversa? Es así que podríamos nombrar autores como al premio Nobel Ernerst Hemingway; a Norman Mailer y a Truman Capote (estos dos, considerados como plumas insignias del periodismo literario). Tampoco podría faltar un gran cronista como Gay Talase. Lo anterior es solo por citar algunos. Ahora bien, vale preguntarse, ¿cuál es el aporte de Hunter Stockton Thompson para que tenga que estar entre esos grandes nombres del panteón del periodismo norteamericano?
En realidad, son varios aportes que este le hizo al oficio, pero tal vez el más significativo haya sido el de rebelarse contra sus editores y jefes de redacción para elaborar con mayor libertad de tiempo, pero principalmente, con mayor libertad en el abordaje, sus textos periodísticos.
¿Esto en qué sentido? Pues bien, en su momento, Hunter Thompson se enfrentó a los estrictos tiempos que se exigían en los consejos de redacción (bueno, hoy esto no ha cambiado mucho. Los medios de comunicación cada vez priorizan más en la primicia de la noticia; fenómeno acentuado por la inmediatez que se ofrece por las redes sociales) y para su propia sorpresa, salió victorioso, logrando así realizar trabajos de largo aliento, en los que él, era a su vez periodista y personaje protagónico del artículo que escribía. Thompson también fue desde sus inicios, y en parte por sus inmersiones de hasta varios meses con los personajes y las situaciones de sus materias periodísticas, el clásico periodista free lance, sin horarios, sin reportes ni adelantos de sus trabajos.
Fue considerado como el creador del periodismo "gonzo", término que le fue acuñado en 1970, después de la publicación de su artículo "El Derby de Kentucky es decadente y depravado"(The Kentucky Derby is Decadent and Depraved), por Bill Cardoso, del diario Boston Globe, quien consideró este texto como "¡Gonzo puro!”. Este texto fue el génesis de un nuevo estilo, por algunos, odiado, por otros, admirado, pero que más allá de las diferentes opiniones, ha sido reconocido como un estilo propio y novedoso en el oficio.
Thompson experimentó y renovó el periodismo al punto de no limitarse a narrar el objeto periodístico que abordaba, sino que llegaba incluso a modificarlo con sus acciones. Desde este momento se abrió la puerta para que el periodista fuera parte activa de la historia, como un personaje más. En este sentido el chico loco de Louisville, Kentucky, llegó a darle más importancia al contexto que al texto, al ambiente en que ocurre el hecho, por encima muchas veces del hecho mismo. Muchos periodistas que hoy hacen crónicas de inmersión (en las que viven un día como taxista, o un mes con el salario mínimo, etc.), las mismas que se han vuelto pan de cada día en revistas, suplementos dominicales, y hasta en programas televisivos, tal vez ignoren que el primero que vivió en carne propia una experiencia como personaje para luego contarla fue Hunter Thompson. La subjetividad y la experiencia propia del periodista-narrador desde entonces son posibles en un oficio en que se había defendido a ultranza la “objetividad”.
Para algunos críticos él fue para el periodismo lo que Bukowski fue para la literatura: licor y drogas como la fuente de combustión creativa. Ambos fueron considerados como iconos de una escritura contracultural estadounidense. Thompson en el momento histórico de la guerra de Vietnam se refirió a Richard Nixon como ladrón, y nunca dudó en derribar los supuestos valores identitarios de su país. Una clara muestra de esto fue su texto sobre el Derby de Kentucky, evento significativo en la sociedad norteamericana como espacio de lucha, respeto y honra. Thompson lo vio desde otra óptica, al describir el alcoholismo y la decadencia de la multitud que se formaba entre el público.
El mismo que se consideró como un delincuente juvenil (sobre esto en una entrevista que le hicieron en la revista "Star" en abril de 1979 respondió: “Me dedicaba a robar pequeñas cosas, sobre todo licor, que era por lo que nos pagaban más".), fue quien llegó por medio de sus crónicas a lo más bajo de su sociedad.
Tal vez por estos procederes, hoy a más de una década de su muerte, su acervo no es fácil de encontrar en las universidades estadounidenses, y tampoco es común encontrarlo en la academia latinoamericana. Sobre esto, Brian Kevin, autor de The Footloose American: Following the Hunter S. Thompson Trail Across South America (libro que aborda el viaje que Thompson hizo por Sudamérica, en 1962, y que a la postre le serviría para definir su estilo), dice que “el medio académico americano absorbe con reticencia autores contemporáneos, sobre todo si tienen características evidentes de la cultura pop”, como sucede en el caso de este autor.
Por tal motivo esta entrevista es una invitación a leer las obras del también conocido como Raoul Duke, que aunque en un inicio fue desconsiderado por diferentes editores, llegó a publicar en los más reconocidos periódicos y revistas de Estados Unidos como: Esquire, el magazine del New York Times, The Nation, Reporter, Harper´s, Rolling Stones, Playboy, entre otros medios. Estas preguntas sin respuestas también son un acercamiento a un escritor-periodista que bien merece una lectura en los cursos de redacción y en las clases de periodismo dictadas en Estados Unidos, en América Latina y en el mundo entero.
1. ¿Cómo fue la experiencia de aquel viaje por Sudamérica, en 1962, y cómo influyó en su estilo periodístico?
2. Para usted el reportaje sobre El Derby tenía pocas posibilidades de ser aceptado por su jefe. ¿Si este no hubiese pasado el filtro para ser publicado, habría entrado a la corriente periodística tradicionalista, o ya usted estaba preparado para luchar contra lo establecido?
3. ¿Considera que hacer periodismo "gonzo" es posible para cualquier periodista, o se requiere estar bajo los efectos de algunas sustancias para producir textos con este estilo?
4. ¿Su actitud suicida y descarriada es totalmente espontánea o va más encaminada al arte de la provocación?
5. Sabiendo que no le tiene ningún prejuicio al uso de drogas y sin ánimo de juzgar su vida, ¿estas y el alcohol son un dinamizador de su estilo periodístico suigéneris para desenmascarar la realidad norteamericana?
6. ¿Por qué en algunos de sus escritos da la impresión que ironiza con el profesionalismo del oficio periodístico o en su defecto, con su propio nivel de profesionalismo, como sucede en “Miedo y asco en las Vegas” cuando se refiere a sí mismo como un periodista profesional?
7. ¿Cuáles son los límites que coloca en sus escritos para que sigan siendo materias periodísticas y no textos de ficción?
8. Finalmente, ¿qué consejo usted le daría a un nuevo grupo de periodistas que se están formando y quieren contar historias desde ópticas diferentes, pero teniendo en cuenta que aún hay patrones, por así decirlo, clásicos y ortodoxos en muchos medios de comunicación?
Algunas obras destacadas de Hunter Thompson:
The Motorcycle Gangs: Losers and Outsiders — mayo de 1965
Fear and Loathing in Las Vegas — 1971
Fear and Loathing at the Watergate — 1973
Fear and Loathing at the Superbowl — 1974
Jimmy Carter and the Great Leap of Faith, An Endorsement With Fear and Loathing by Hunter S. Thompson — 1976
A Dog Took My Place — 1983
Fear and Loathing in Elko — 1992
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